Rodrigo Aguado Tuduri
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Relatos

Aquí están algunos de los textos que he escrito y que me gustaría compartir con vosotros.
Espero que los disfrutéis tanto como yo hice al escribirlos.


Los versos del amigo
Obtuvo el Segundo Premio "exaequo" en el Concurso de relatos de Antiguos Alumnos del Colegio del Pilar en el año 2010.


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Microrrelatos
En el país de los ciegos...
Al entrar por aquella oscura oquedad no pude dejar de sentirme aterrado. Sabía que debía sentir ese miedo porque debía atravesar toda la negritud del ojo sin vista.
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Relato oscuro
Te sorprenderá que te escriba, no lo dudo. Pero considera que tú al menos, tienes la libertad de levantarte e irte y dejar nuestra relación en la línea que quieras. Yo estoy atrapado aquí, en esta confesión  escrita. Pendiente de que tú o cualquier otro, queráis...
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La vuelta
Era un hombre alegre aunque no era un hombre feliz, pero no lo sabía. Era consciente de que en ocasiones, la tristeza parecía inundar todo su interior hasta impedirle respirar, pero jamás interpretó aquella anegación como algo parecido a la infelicidad.
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El cabo suelto

Caminaba con prisa, o al menos eso sentía en su interior, y eso le hubiese gustado ordenar a sus piernas. Pero estas ya no obedecían. Consentían moverse y en ocasiones le regalaban días sin dolor, pero ya no accedían a caminar con la velocidad que ella...
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El cielo azul
El sonido de las pisadas hacia más gris la entrada del pelotón, y es que los sonidos también tienen colores. Cada bota, haciendo resquebrajarse en el suelo el trozo de una ventana arrancada por las explosiones, era igual de gris que la niebla que a esa...
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El más allá
Algo no andaba bien y eso le extrañaba, porque con cada minuto se sentía más fuerte y más lleno de vida. Sin embargo sabía que un cambio impredecible sobrevolaba su existencia, un cambio que se avecinaba inmediato. Y eso, también le asustaba.
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El ruego
Llevaba toda la noche sin dormir. De hecho, si lo pensaba bien, llevaba varias semanas sin lograr conciliar el sueño más de una hora seguida. Siempre lo hacía a mordiscos, con el alma en vilo, como esperando un quejido, una llamada lastimera o ese...
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Pueblo nuevo
El sol aún no había aparecido por la línea del horizonte y los vecinos más madrugadores pudieron disfrutar de las primeras horas de luz de la jornada, las únicas, en las que el calor no era el principal protagonista. El verano estaba siendo duro, extremo...
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La última mano
Su gesto no mostraba el pulso acelerado, los latidos de su cabeza, ni la elevada fiebre. Sudaba, como todos los que estaban en la mesa, pero el resto de jugadores y el anfitrión solo podían achacarlo al calor que hacía en aquella habitación plagada de...
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Venido a menos
Caminó atravesando las calles del Barrio de Salamanca que tan bien conocía. Si cerraba los ojos, podría torcer en el preciso instante en que la manzana terminaba, bordear la farola, detenerse ante el paso de peatones e intentar cruzarlo...
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La urraca real
Un cuento que conté a mis sobrinos Guzmán y Juan, hace unos años paseando por el Retiro de Madrid. Cuando llegué a casa pensé en la historia y como el protagonista de "El Tesoro del Mendigo" la plasmé en papel, aunque a mi, sí me gustó el resultado...
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Abandono
Ella jamás lo hubiese permitido. Alguien ajeno sería el responsable. No podía comprenderlo. Aquella oscuridad me cegaba y necesitaba una luz que me aclarase por qué. Nunca podré olvidar el día que la conocí. La ilusión de sus ojos cuando nos...
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El azar
Ya había tropezado varias veces antes de llegar al coche. Por un momento olvidó donde lo había aparcado. Tuvo que apretar repetidas veces el botón de las llaves, mientras su mirada turbia buscaba el parpadeo de las luces y sus oídos sustituían la...
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El ascensor
El ascensor se detuvo entre dos pisos. O al menos eso parecían transmitir, los extraños símbolos que reflejaban la pantalla electrónica que estaba sobre la puerta y que, se suponía, explicaban aquella parada. Una parada lenta, sin ruidos...
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Dos extraños

Abrió los ojos y dejó que su mente le situase en el lugar donde estaba. Antes de que su mirada se recuperase de la niebla del descanso; antes incluso de que pudiese recordar la noche pasada; el olor de su perfume le reveló la realidad.
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Amaneciendo
La luz de la mañana la saludó al abrir el portal. Aunque quizás fuese demasiado generoso llamar luz, a esa atmósfera mestiza de noche y día que había en la calle a la temprana hora que salía de su casa.
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La certeza del padre
Rafael siempre se había sentido especial. Seguramente influyera en su convencimiento, la máxima que su padre siempre les había repetido tanto a él, como a José, su hermano menor:
- No importa lo que os digan los demás, vosotros sois especiales.
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Las hijas de Eva
Cuando consiguió aparcar el coche entre tantos, sintió que su plan no había empezado como había imaginado. En casa se había visto solo llegando a ese lugar no conocido por nadie, envuelto en el frio mañanero que aumentaría con cada paso que daría, buscando...
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En escasos segundos
Raúl, aceleró con rabia dejando atrás la estela del viejo coche que le había precedido durante los últimos quince minutos y al que no había sido capaz de adelantar en todo ese tiempo. El descenso del río era uno de los mayores reclamos de la zona y en aquella...
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Nube negra

Entró en su apartamento sin darse cuenta que lo hacía; cerró la puerta; dejó las llaves en el platillo de la mesa del recibidor; el portafolio encima del mueble bar; pasó al cuarto de baño y se lavó las manos; se secó observando la toalla que ya debía cambiar...
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